Si te decimos que hoy nos vamos de excursión a la DO Calatayud. ¿Sabrías decirnos a qué Comunidad Autónoma nos dirigimos? Si dudas, ni te preocupes. A muchas personas les resulta complicado ubicar esta zona vitivinícola en el mapa.
¿Y esto por qué?
Porque esta denominación de origen ha sido una perla oculta en la península durante demasiado tiempo. Pero algo está cambiando. Calatayud ya está en el radar de enófilos de todo el mundo.
Hoy vas a conocer el reino de la garnacha. Nos vamos a un pequeño territorio al oeste de Aragón, en la provincia de Zaragoza.
Un clima extremo que moldea el paisaje, a sus gente y a la uva
Caer rendido a los pies de los paisajes que se integran en la DO Calatayud es normal. Probablemente, a ti también te va a pasar.
Estamos en el mirador de la Cruz de Armantes. Ante tus ojos alcanzas a ver la sierra al fondo, valles, estepas, un río y pequeños pueblos salpicados aquí y allá. Fíjate un poco más, ¿y esos tapices? ¡Ajá! son los protagonistas del viaje de hoy, los viñedos.
En la DO Calatayud, la mayor parte de las 3.200 hectáreas de viñedo se reparten en pequeñas parcelas de vides viejas plantadas en vaso, exactamente como las que tienes ante tus ojos. ¿Ves aquella? La cultiva Manuel, viticultor de 67 años. ¿Y aquella? Esa es de Paco, él tiene 80.
Afortunadamente, también hay viticultores más jóvenes que, poco a poco, se están haciendo cargo de los viñedos que se quedan huérfanos de las manos que les han cuidado toda una vida.
Ser viticultor en esta zona no es fácil. Para nada.
El clima aquí es virtud y castigo. Los inviernos son largos, muy fríos y apenas llueve. Sin embargo, viento no falta. El cierzo, que si no te vuelve loco te hace más fuerte, azota sin piedad durante varios días seguidos.
Por su parte, los veranos son calurosos e igual de secos que durante el resto del año.
Viñedos imposibles con uvas increíbles
Este clima extremo va modelando la compleja orografía de la zona a la que, pese a todo, los viñedos se han adaptado a la perfección. Muchos están en pendiente, otros tienen suelos de pura pizarra… Algunos se sitúan en unos 600 metros de altitud y otros se curten en parcelas que rozan los 1.000. Estos, los de mayor altitud, proporcionan uvas para enmarcar, con las que se elaboran vinos de mayor complejidad e intensidad.
¡Vino! ¡Claro! ¿Cómo es posible que aún no te hayamos ofrecido una copa? Hagamos las presentaciones, viajero. Aquí tienes el carácter y la esencia de la DO Calatayud transformada en líquido, te presentamos el vino Las Pizarras Fabla, que acaba de ganar una cotizada medalla de oro en el concurso internacional ‘Garnachas del Mundo’.
Este vino está elaborado en un 80% con garnacha, la uva reina de este pequeño reino. Una variedad que proporciona acidez, frescura y color. Perfecta para ser ensamblada con otros varietales, y más perfecta todavía bien trabajada como monovarietal.
En la cata de Las Pizarras Fabla, percibes claramente su fruta roja muy madura, ciruela, higos y algo de pimienta negra y mineralidad… Conforme el vino se va abriendo, los matices aumentan.
A la búsqueda de los mejores restaurantes de Zaragoza
A estas alturas del viaje, el estómago ruge. Vamos a darle solución ‘a la de ya’, y para ellos vamos a irnos hasta Zaragoza, hasta el Restaurante Goralai, donde alguna vez en tu vida tienes que comer. Con una propuesta gastronómica diferencial, una carta que combina una gran creatividad con la cocina de toda la vida.
Y con una deliciosa comida, que también acompañaremos del vino Las Pizarras Fabla, concluimos el Raíces Ibéricas On Tour por la DO Calatayud. ¡Esperamos que hayas disfrutado el viaje! Nos vemos en próximas rutas, winelover.