Este compromiso nos ha llevado a formar parte de Sustainable Wineries for Climate Protection, una certificación que respalda nuestra forma de trabajar y nos anima a seguir avanzando hacia un modelo más respetuoso y regenerativo. Desde nuestra visión, ésta es la clave para obtener uvas extraordinarias, capaces de contar la historia del lugar al que pertenecen.

Aplicamos prácticas que respetan y potencian la biodiversidad del ecosistema, como las cubiertas vegetales, que nutren el suelo, lo protegen de la erosión y mejoran su capacidad para retener agua. Renunciamos a los fertilizantes sintéticos, pesticidas y herbicidas, y en su lugar, apostamos por productos naturales que respetan la vida microbiana. Así, construimos un modelo sostenible que se integra en un presente y mira a un futuro que solo se entiende bajo las premisas del máximo respeto al medio natural.

Este esfuerzo no solo beneficia al viñedo, sino también al entorno y a las comunidades rurales que lo rodean. Nos mueve generar un impacto positivo y contribuir a que estas tierras sigan siendo un hogar fértil, tanto para las cepas como para las personas que las cuidan.